Hasta hace poco tiempo, se proponía
una fecha tardía para el Evangelio de San Juan, entre los años 140-170 d.c. El
argumento utilizado para apoyar esta fecha era el alto desarrollo de su
teología. San Juan representa una síntesis Cristológica muy elevada, mucho más
allá de la de los tres Evangelios Sinópticos o aún de San Pablo. Sin embargo,
el argumento más convincente en contra de esta fecha tan tardía fue el
descubrimiento del papiro llamado Rylands, un fragmento de un código Egipcio
que contenía porciones del Evangelio de San Juan 18: 31-33 y 18:37-38 y que
data del año 135 d.c., en base a este descubrimiento se concluye que el
Evangelio de San Juan fue escrito probablemente durante los últimos diez años
del primer siglo de la era Cristiana. San Juan escribió para personas
conocedoras de la cultura judía y al mismo tiempo en contacto con el
pensamiento griego; además se les pone en guardia frente al gnosticismo. Se
trata de una comunidad cristiana, probablemente la de Éfeso, que se encuentra
amenazada en su fe.
Autor: Juan.
Fecha aproximada: 80 d.C.
Destinatarios: cristianos de Éfeso,
ciudad de fuerte presencia griega; en especial a la comunidad griego-judía, muy
familiarizada con el pensamiento gnóstico y el Antiguo Testamento. (Reflexiona
sobre Jesús tomando las ideas propias del momento y situación de dicha
comunidad).
Argumento: Jesús es el Hijo de Dios,
unigénito y único, que nos revela a Dios Padre, pues es el Logos. Jesús es el
Hijo del hombre (adhesión divina de Jesús), el “yo soy” (divinidad de Jesús y
relación con Dios). Resalta también la importancia del Espíritu Santo y de la
Salvación.
Estructura:
Prólogo (1,1-18), que parece un
texto aparte del Evangelio; puede que sea un antiguo himno dedicado a Cristo
que Juan toma y modifica.
Libro de los signos (1,19-12,50),
que recoge la manifestación de Jesús como Hijo por medio de signos y la
incredulidad de los judíos.
Libro de la gloria (13,1-20,31), que
habla de la manifestación de Jesús y la aceptación de los creyentes.